Cuando hablamos de menstruación, el dolor es diferente para cada persona: algunas lo sienten como un leve pinchazo y otras experimentan calambres intensos que pueden paralizar. El semáforo del dolor menstrual ayuda a entender cuándo es un malestar manejable y cuándo necesita atención médica.
Luz verde (verde):
- Cómo se siente: Molestia leve o calambres suaves, controlables con descanso, una compresa caliente o un analgésico.
- Qué hacer: Seguir con tus actividades cotidianas; se trata de una señal de tu cuerpo, no un obstáculo.
- Importancia de registrar: Anotar que fue un día verde ayuda a reconocer tu patrón y distinguir cuando algo cambia.
Luz amarilla (amarillo):
- Cómo se siente: Calambres más intensos, acompañados de mareo, fatiga o sensibilidad persistente. El dolor es notable, pero aún manejable.
- Qué hacer: Reducir el ritmo del día, aplicar medidas de autocuidado como infusiones, descanso prolongado o relajación consciente. Evita sobre exigirte y observa si mejora en 24–48 horas.
- Registro útil: Tomar nota de: intensidad del dolor, duración, si te obligó a reducir actividades o tomar medicación; esto te ayuda a decidir si es un ritmo a moderar o revisar.
Luz roja (rojo):
- Cómo se siente: Dolor agudo, severo o persistente, que impide tus actividades diarias, acompañado de fiebre, náuseas, sangrado muy abundante o exacerbación de síntomas crónicos.
- Qué hacer: Describe claramente lo que ocurría (“dolor tan fuerte que no me permitía levantarme, con fiebre de 38 °C”), y acude sin dudar a valoración médica. Cuando un semáforo está en rojo, es un momento para detenerse y buscar acompañamiento profesional.
- Registrar es fundamental: Lleva este registro contigo: tu médico agradecerá saber cuántos días fue rojo, qué tan intenso fue y cómo se manifestó físicamente.
Registrar tus colores mes a mes te vuelve consciente de tu ciclo y libre de culpa. Si notas más amarillos o rojos de lo habitual, es momento de consultar. El dolor menstrual no debe limitarte, y tú mereces autoescucha, amor y soluciones.