Cada 3 de julio se celebra el Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico. Y aunque solemos pensar en las que recibimos en el supermercado, hay otras igual de dañinas que casi nadie menciona: las pequeñas bolsas que envuelven toallas y tampones menstruales.
Cada año, millones de estos empaques plásticos terminan en la basura… o peor, en nuestros ríos y océanos. Son pequeñas, sí. Pero su impacto ambiental es enorme. No se biodegradan, y por su tamaño, muchas veces no se separan adecuadamente en el reciclaje. De hecho, pueden tardar más de 500 años en descomponerse. Todo esto por cubrir productos diseñados para usarse apenas unas horas.
Sumemos a esto el envase del producto, los aplicadores, los protectores diarios, las envolturas individuales. La menstruación con productos desechables genera basura constante: plásticos que usamos por minutos, pero que contaminan durante siglos.
¿Qué tiene que ver todo esto con menstruar? Todo.
Una persona menstrúa en promedio durante 40 años. Esto se traduce en alrededor de 12,000 productos menstruales a lo largo de su vida. Muchos de ellos con envoltorios plásticos. Si bien esta realidad ha sido normalizada, también ha sido invisibilizada. Pero es momento de hablar de otras opciones.
Los calzones menstruales reusables de Luna Segura no generan basura.
A diferencia de las toallas o tampones, nuestros panties menstruales están diseñados para durar años y no requieren envolturas plásticas. Son cómodos, seguros, lavables, y una vez los usas, te das cuenta de lo fácil que es dejar atrás la incomodidad… y el impacto ambiental.
Cada calzón reusable puede reemplazar decenas (¡o cientos!) de productos desechables. Es una forma de cuidar de ti y del planeta al mismo tiempo. No hay empaques innecesarios, ni bolsas que terminan en el mar. Solo protección real, libre de residuos.
En Luna Segura, creemos que una menstruación más consciente es posible. Porque cuidar del medio ambiente también es una forma de autocuidado.