Mi hija me pidió que la depilara: cómo acompañarla sin tabúes
El primer vello y las primeras dudas
El día llega antes de lo que imaginamos: tu hija se mira al espejo y te pide que la depiles. Tal vez con un poco de vergüenza, con dudas o incluso con urgencia. Este momento no solo habla de depilación, también abre la puerta a una conversación sobre cambios en el cuerpo, microfeminismos, comunicación y cuidados.
Lo primero que debemos transmitir es que el vello es normal y parte de crecer. El cuerpo cambia en la pubertad, y el vello púbico, en piernas, brazos o axilas aparece como una señal de desarrollo. Validar esto es clave: no hay nada malo en tener vello, pero si ella quiere explorar opciones de depilación, lo importante es acompañarla con información clara y segura.
Romper el tabú: hablar antes de actuar
En muchos hogares, la depilación sigue siendo un tema lleno de tabúes. Por eso, abrir el diálogo con tu hija desde la confianza es fundamental. Explícale que todas las personas tenemos vello y que decidir qué hacer con él es una elección personal, no una obligación.
Aquí entra un gesto de microfeminismo: mostrarle que depilarse o no es válido, que no define su valor ni su feminidad. Así, el enfoque cambia de “tienes que depilarte” a “elige lo que te haga sentir cómoda y segura”.
Opciones de depilación según la edad
Si tu hija insiste en depilarse, lo mejor es guiarla sobre métodos adecuados según su edad y madurez:
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Rastrillo (desde 9–10 años): rápido y práctico, aunque requiere constancia y buen cuidado de la piel.
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Pinzas o hilo (10+): ideal para zonas pequeñas como cejas o bigote, aunque puede ser doloroso.
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Crema depiladora (11+): sencilla, pero puede causar alergias; siempre hay que hacer prueba antes.
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Cera (12+): ofrece más duración, aunque puede ser irritante y no se recomienda en pieles muy jóvenes.
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Láser o luz pulsada (14+ y post-pubertad): resultados más duraderos, pero requiere valoración médica y no es apto para todos los tonos de piel y vello.
Comunicación y cuidados ante todo
Más allá de la técnica, lo esencial es que tu hija sepa que puede confiar en ti para hablar de sus dudas. No ignores su inquietud: si lo haces, es probable que busque soluciones por su cuenta sin acompañamiento, lo cual puede ser riesgoso.
También es importante que sepa que si el vello aparece demasiado pronto o en exceso, es recomendable consultar con un pediatra o endocrinólogo para descartar un tema hormonal.
Depilación con perspectiva de microfeminismos
Acompañar a tu hija en este proceso es también enseñarle a cuestionar los mensajes sociales sobre la “obligación” de depilarse. La comunicación mamá e hija en este punto puede marcar la diferencia: más que un acto estético, es una oportunidad de sembrar autonomía, autocuidado y confianza en su propio cuerpo.