La lucha feminista por los baños públicos: historia, derechos y salud menstrual
Salir a la calle debería ser un acto libre: ir al trabajo, al cine, al parque o al mercado sin preocupaciones. Sin embargo, muchas mujeres en Latinoamérica enfrentan un obstáculo cotidiano que pocas veces se reconoce: el acceso a baños públicos seguros y dignos. Esta realidad no es nueva, y por eso la lucha feminista por baños públicos sigue siendo clave para entender la equidad, la dignidad y la salud menstrual de las mujeres.
Un poco de historia: el origen de la desigualdad
Desde el siglo XIX, las mujeres han denunciado la falta de infraestructura adecuada. En muchos países latinoamericanos, los baños públicos son escasos o no consideran las necesidades femeninas: escasez de cabinas, falta de limpieza, ausencia de agua corriente o de lugares para cambiar productos menstruales. Esta desigualdad limita la libertad de movimiento femenina y genera estrés, mostrando que el problema histórico persiste hoy en día.
Riesgos y precauciones en el día a día
Cuando una mujer no tiene acceso adecuado a un baño, surgen riesgos: infecciones urinarias, estrés, ansiedad, incomodidad al cambiar productos menstruales o falta de higiene. Para quienes usamos productos como calzón menstrual Luna Segura, la necesidad de un baño limpio y seguro se torna vital: cambiarse, limpiarse, sentirse protegida, todo requiere un espacio digno.
Por eso es importante que en la planificación urbana y en la política pública se incluyan precauciones como acceso a agua, ventilación, separación adecuada, estaciones de higiene y baños inclusivos que consideren personas menstruantes, personas con discapacidad, niños y diversidad de género.
Feminismo y cuidado: por qué insistir en este reclamo
El feminismo no es solo teoría: es una práctica que busca transformar lo cotidiano. La pelea por baños públicos es una forma concreta de reclamar espacios pensados para nosotras, para nuestro cuerpo y para nuestra salud menstrual. Un baño público inclusivo es una declaración de que las necesidades del cuerpo femenino importan.
Para la marca Luna Segura, esto cruza directamente con nuestra misión: promover el cuidado menstrual, la educación sobre salud íntima y el respeto al cuerpo femenino en cada rincón. Que haya baños pensados para mujeres, con instalaciones seguras y dignas, es parte de construir ciudades más justas, donde podamos acudir a un espacio público sin temor.